Desde que estamos en el vientre de nuestras madres somos representantes de una experiencia, significamos algo para nuestros padres y las demás personas que los rodean y mientras pasan los meses hasta la gestación, nuestra infancia, juventud y edad adulta; hay dos posibilidades: elegimos la experiencia que deseamos crear en la mente-corazón de quienes nos rodean, o esta se produce de manera indiscriminada, generando todo tipo de experiencias sin mayor precisión o propósito en la vida, más que sobrevivir.
Definitivamente la vida cobra sentido cuando tenemos objetivos, cuando hay metas en el horizonte que se convierten en hitos. Lo contrario es solo un ejercicio de supervivencia que poco aporta a la vida propia y a la de quienes nos rodean. Por ello mi punto de partida para entender el concepto de marca personal abarca la imagen, pero no surge desde la misma, sino de la mismidad personal de cada individuo e incluso de una organización. Cada persona lleva en su ADN un sabor, olor, color, tono y muchos otros aspectos único e irrepetibles que se convierten en insumos claves para identificar la marca de origen y luego iniciar el aprovechamiento de un inventario de vivencias y experiencias para llegar a un concepto consistente, único y fácil de comprender y asimilar por parte de sus públicos que se convertirá en esa experiencia que llamamos Personal Brand. ¡No me interesa construir marca, yo soy el que soy y ya! Me dicen muchos que prefieren desentenderse de la propia experiencia que generan en los que no necesariamente es buena por ser positiva, pues en oportunidades la experiencia de marca negativa puede favorecer los intereses. Los seres humanos y mucho menos las organizaciones funcionan en términos de branding igual que una salsa de tomate o una motocicleta. Los seres vivos desde el Brand operan bajo el claro concepto de que construyen experiencia circular con sus públicos, aunque se resistan a hacerlo y si no quieren hacerse cargo de dicha marca y capitalizarla para sus logros, les ocurre que otros lo hacen, pero no van a poder dimensionar si lo van a hacer a su favor o en su contra. Miguel Jaramillo Luján, Consultor en Marketing Político y de Gobierno
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