Llegaron para quedarse, para imponer un nuevo orden, para ser parte de la dinámica comunicativa de nuestra sociedad y para enaltecer o agraviar a las personas (casi siempre esto último). A eso nos debemos someter los que estamos inmersos en el campo de la comunicación pública, corporativa e informativa. Las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram y Whattsapp) ya son parte de nosotros.
Hoy los medios de comunicación vuelven noticia un trino, una foto o video publicado en Facebook o Instagram y eso hace mucho más volátil el panorama informativo día tras día.
Ya no solo son los noticieros de televisión los que podrían amargarle el día (basta ver los primeros 20 minutos de los informativos nacionales de la ‘pantalla chica’) con las desagradables noticias de muertos y heridos del día y de la noche o las revelaciones de las cámaras de seguridad que muestran atracos, asesinatos, accidentes, etc. No, si quiere un poco más haga inmersión en las redes sociales para que vea cómo la guerra de insultos, agravios y mentiras, amparadas en las libres opiniones, pueden volver a una persona su centro de atención.
Créame, si no tiene que entrar en las redes sociales no lo haga, disfrute la vida y viva feliz, se lo recomiendo.
Basta ver un error de algún jugador en un partido de fútbol (u otro deporte) o una declaración “políticamente incorrecta” de algún funcionario, solo por citar dos temas, para que en cuestión de minutos desde las trincheras de los teléfonos móviles u otros dispositivos se desate la violencia más feroz en las redes sociales y los nombres de x o y persona sea “Trending Topic (TT)”, es decir, tendencia porque están comentando mucho de esa persona, la mayoría, en negativo. Y eso que supuestamente estamos en tiempos de paz.
No soy partidario de regular las redes sociales, nosotros que estamos metidos en ellas debemos ser los propios autoreguladores, comenzando por no creer y replicar, a no ser que se tenga esa malévola intención, porque no todo lo que se dice allí es cierto. En ese sentido, y para los que gustan de las redes sociales como herramienta de comunicación en positivo, sugiero 5 recomendaciones básicas en el uso, así sea solo de lectura, de las redes sociales:
Vaya a la fuente, no se confíe de lo que dicen las personas, los medios de comunicación o los llamados “influenciadores”. Tómese el tiempo de consultar y verificar lo que se dice si es de su interés conocer u opinar sobre el tema. No sea de los que dice “es que lo vi en las redes...”
No repita como loro lo que se comenta. Si bien las redes son plataformas para interactuar, usted cuando comenta está creando su imagen, su reputación y un perfil propio, auténtico. No porque lo diga un “influenciador” reconocido es la verdad absoluta; forme y transmita su opinión con criterio.
Ponga en una balanza lo que se dice, lo que es y lo que usted quiere opinar. Hoy hablan del otro, mañana puede ser de usted. Sea espontáneo con sinceridad, no intentando imitar a los demás.
Evite la burla. Ser jocoso y tener picardía al momento de escribir en redes no es sinónimo de vituperar del otro. Sea cauteloso en sus comentarios y siempre apunte a aportar con lo que opina, a generar debate con argumentos, a una crítica constructiva.
Use las redes sociales para su provecho no para perder el tiempo, y menos si es para atacar al protagonista de la TT o de la noticia del momento.
Insisto, si quiere estar tranquilo y no coger mal genio o descargar su furia detrás de un teclado, no abra cuentas en redes sociales y viva feliz.
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