Han sido mucho los líderes políticos, gobernantes, ministros, comunicadores, asesores de gobierno, abogados y otras personalidades de América Latina, que se han pronunciado para lamentar la inesperada partida de Diego Diéguez Ontiveros, cofundador de la Cumbre Mundial de Comunicación Política, evento donde se concentran miles de personas entre expositores, consultores y líderes políticos de todo el continente, que abre espacio al debate, a la crítica, pero sobre todo a la enseñanza de aprender unos de otros.
El legado más grande que puede dejar un ser humano es su aporte a la sociedad, además de recuerdos, es necesario marcar la diferencia, qué puedes hacer tú, que otros no. En el caso de Diego Diéguez Ontiveros, su trayectoria fue muy amplia, desde Juez en la Corte de Justicia de Buenos Aires, hasta docente de universidades en Colombia, Argentina, Ecuador, El Salvador y República Dominicana.
Diego Diéguez Ontiveros manifestaba que estamos ante una ciudadanía que interpela permanentemente, y que duda del discurso del político y lo somete a un scanner constante. A diferencia de otras partes del mundo, los países de Suramérica hacen estrechos vínculos con la política por el impacto que producen sus gobernantes sobre la sociedad.
Las personas no somos perennes en la tierra, somos propensos a enfermedades o accidentes, y la única manera de inmortalizar nuestra vida, es brindándole la capacidad de creer, crecer y formarse a otras generaciones.
Todo el equipo que integra Marketing Político y Gobierno y la consultora Jaramillo Luján estrategia y comunicación lamentamos la partida de un gran ser humano como Diego Diéguez Ontiveros y reconocemos que su memoria se quedará en nosotros por haber dejado huella como una presencia clara, memorable y emocionante para todo el entorno político de América Latina.
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